viernes, 22 de abril de 2016

¿QUÉ PONGO: FRÍO O CALOR?


Muchas veces tenemos la duda de, si ante un dolor o una lesión, debemos poner frío o calor. Con este artículo vamos a aclarar las dudas.

CRIOTERAPIA: APLICACIÓN DE FRÍO

El frío se usa en aquellas situaciones en las cuales la lesión acaba de producirse o durante la fase inflamatoria que dura, como mucho, los tres días siguientes.

Desde mi punto de vista, la mejor manera de aplicar frío es con bolsas de gel que sirven tanto para poner frío como para el calor. Son bolsas normalmente que llevan un gel azul y que, por mucho tiempo que las tengas en el congelador, no llegan a solidificar por lo que es una buena solución en casos de emergencia. 
Se pueden aplicar envueltas en un paño fino para que no queme la piel o, con mucho cuidado, directamente sobre ésta pero menos tiempo. 
Se recomienda aplicar el frío 3 veces al día durante 10 minutos y, entre aplicaciones, deben transcurrir mínimo 2 horas.

El efecto que provoca el hielo en nuestros tejidos es la reducción de la inflamación, evitando que mueran las células que están cerca de la lesión. 
Dos aspectos muy importantes a tener en cuenta para la crioterapia:
  • Durante las primeras 72 horas en casos de sobrecarga, rotura de fibras, golpes, esguinces, luxaciones o fracturas.
  • En caso de tendinitis, aplicar frío cuando duela. 

¿CUÁNDO NO PONERME HIELO?

Pasados 3 días de la lesión no debemos poner hielo. De lo contrario, retrasamos el tiempo y calidad de reparación del tejido.
Tampoco se debe aplicar frío antes de hacer ejercicio por varios motivos:
  • el frío es sedante y funciona como "anestesia" siendo mayor la probabilidad de lesión
  • el frío hace que los tejidos sean menos elásticos y pierdan fuerza
No pondremos frío en casos de hipersensibilidad al frío, problemas circulatorios o cardíacos graves; tampoco se debe aplicar frío durante más de 40 minutos ya que podemos causar una parálisis por frío o quemaduras en la piel. 

TERMOTERAPIA: APLICACIÓN DE CALOR

Podemos aplicar calor siempre que hayan pasado los 3 días tras la lesión y no haya fase inflamatoria. 
El tiempo de aplicación será de 20 minutos aproximadamente. 

Al aplicar calor estamos aumentando la cantidad de sangre en la zona, disminuyendo la presión arterial y se produce un efecto sedante gracias a la relajación muscular.

Al igual que con el frío, debemos de tener cuidado ya que podemos quemar la piel. 

Existen diferentes métodos de aplicación: mantas eléctricas, sacos de semillas, parafina, infrarrojos.... pero no hay diferencias entre ellos ya que siempre va a ser calor superficial.


Dos aspectos importantes a tener en cuenta en la termoterapia:
  • Contracturas, lesiones por esfuerzo, mala postura, rigidez.
  • Antes de entrenar podemos poner calor para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones

¿CUÁNDO NO PONERME CALOR?

No pondremos nunca calor si existe inflamación, es decir, si la zona está caliente, enrojecida e hinchada. 
Por supuesto, tampoco lo aplicaremos en los tres primeros días tras producirse la lesión ya que estamos en fase inflamatoria. 

Está contraindicado en casos de alteraciones de la sensibilidad, procesos infecciosos, cardiopatías descompensadas o hipotensión grave. 












jueves, 14 de abril de 2016

DIÁSTASIS ABDOMINAL, ¿QUÉ ES Y CÓMO SOLUCIONARLA?



¿Has oído hablar de la diástasis abdominal? ¿Sientes que los músculos de tu abdomen están más separados de los normal? ¿Al realizar un esfuerzo (como incorporarte de la cama) parece que "algo" sale hacia fuera en la zona de tu ombligo? Entonces este artículo te puede interesar...


¿Qué es la diástasis de rectos?

La diástasis de rectos o abdominal es la separación de los músculos rectos del abdomen como consecuencia de un daño en el tejido conectivo que, en condiciones normales, los mantiene unidos entre sí y a la línea media del cuerpo, denominada línea alba.

La diástasis es un problema funcional más frecuente de lo que puede parecer. Todos podemos llegar a padecer esta patología, independientemente de la edad, de si eres hombre o mujer, si practicas o no deporte...

Es cierto que hay un período en la ida de la mujer que aumenta la posibilidad de sufrir la diástasis y es el EMBARAZO. Un 66% de las embarazadas tienen diástasis en el tercer trimestre. 


¿Para qué sirven los rectos del abdomen?

Los rectos abdominales son los músculos que forman la famosa "tableta". Estos músculos están unidos entre sí por un tejido conjuntivo fibroso rico en colágeno y van desde la parte anterior de las costillas hasta el pubis, es decir, ocupan toda la parte anterior del abdomen.

La función de estos músculos es la de mantener el cuerpo erguido, permiten la flexión del tronco cuando se contraen a la vez y la inclinación cuando se contrae uno solo. También limitan la inspiración y favorecen la espiración durante el ciclo respiratorio. 

¿Qué relación existe con el suelo pélvico?

El embarazo tiene una influencia importante sobre el suelo pélvico. Además, los músculos del suelo pélvico no actúan de forma independiente sino que necesitan la ayuda del diafragma, la columna lumbar y la pared abdominal. Es necesario que todos estos elementos funcionen al unísono ya que un fallo en alguno de ellos repercute en el resto. 

Por eso, si tras dar a luz te han diagnosticado o sospechas que puedes tener diástasis abdominal, la recuperación de tu abdomen y la estabilidad de tu core van a ser el primer objetivo de la rehabilitación postparto de tu suelo pélvico. 

El core o núcleo es el área que engloba toda la región abdominal y la parte baja de la espalda. Es algo así como la "faja" de nuestro cuerpo que sujeta nuestros órganos. El PILATES basa su actividad en el trabajo de este núcleo por lo que es una actividad beneficiosa para toda la zona abdómino-pélvica. 

Factores de riesgo de la diástasis 

  1. Aumento de peso: los aumentos excesivos de presión en la cavidad abdominal provocados por el incremento de peso puede provocar que la línea alba se dañe al no soportar la tensión a la que está sometida
  2. Embarazo: durante la gestación se produce una respuesta fisiológica en el cuerpo de la embarazada para brindarle espacio al bebé. Tiene lugar una gran distensión de los tejidos de la pared abdominal y, además, hay un importante cambio hormonal que altera la composición del colágeno y debilita el tejido que une los rectos. Los embarazos múltiples, los bebés de mucho peso o una embarazada con poco tono muscular son factores de riesgo.
  3. Parto: los partos complicados con muchas horas de pujo también pueden dañar este tejido. Y las cesáreas no son garantía de no padecer diástasis. 
  4. Trabajo abdominal: cuando ejercitas los rectos del abdomen se aumenta la presión en el interior del abdomen, algo que también sucede cuando realizas grandes esfuerzos mantenidos como cargar pesos. 

¿Por qué es perjudicial la diástasis abdominal?

La diástasis no es solo un problema estético debido a su aspecto de abdomen flácido y descolgado, del que incluso "salen bultos" cuando realizas un esfuerzo.
La diástasis también es un problema funcional, ya que hay una importante relación entre la diástasis y las disfunciones del suelo pélvico como la incontinencia urinaria, los prolapsos o el dolor pélvico. 
La diástasis también se relaciona con:
  • una mala estabilización del centro corporal, del core, lo que repercute en el mantenimiento de la postura
  • dolores de espalda
  • problemas digestivos: gases, estreñimiento...
  • posibilidad de herniación de las vísceras abdominales

¿Cómo se si tengo diástasis?


La valoración manual por parte de un fisioterapeuta es suficiente para confirmar la existencia o no de una diástasis pero el diagnóstico puede completarse realizando una ecografía de la pared funcional.

¿Cómo puedes hacerte tu sola el test? 
Te tumbas boca arriba en una superficie estable con las rodillas flexionadas y los pies apoyados. Realiza un abdominal tradicional (levantar cabeza y hombros hacia las rodillas). Palpa con las yemas de los dedos la línea que queda entre los rectos del abdomen. Si entre estos músculos hay una separación de más de dos dedos o 2.5 cm podemos decir que existe una diástasis de rectos. 

ESTE TEST ES ORIENTATIVO YA QUE NO SUSTITUYE LA VALORACIÓN DE UN PROFESIONAL

¿Cómo solucionar la diástasis abdominal?

La diástasis de rectos se puede mejorar, el éxito del tratamiento dependerá de la distancia de separación, en anchura y profundidad que haya entre los músculos. 

Además de ponerte en manos de un profesional que valore tu diástasis y diseñe un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades, puedes poner en práctica estas recomendaciones que te ayudarán, por lo menos, a no aumentar la separación de tus rectos abdominales.

  1. Fin a los abdominales tradicionales: hay muchas mujeres que piensan que la forma de reducir el perímetro abdominal y perder la grasa acumulada consiste en realizar muchos abdominales. Los abdominales tradicionales son aquellos que flexionas el tronco y se aproximan las costillas a la pelvis y están PROHIBIDOS si tienes diástasis. Este tipo de ejercicios son un peligro para tu suelo pélvico (especialmente si éste está débil). Si tienes diástasis, lo único que vas a conseguir con los abdominales tradicionales es aumentar la separación entre los rectos. 
  2. Tonifica el músculo transverso del abdomen: es un músculo abdominal profundo que separa las vísceras de la "tableta". Por esto hay que trabajarlo a conciencia para recuperar la funcionalidad abdominal. 
  3. Evita valsalvas: esto son los esfuerzos en apnea (aguantando la respiración). Hay que evitar todo lo que suponga un aumento de presión en el abdomen como realizar esfuerzo para defecar, coger pesos o levantarte de la cama sin ponerte de lado primero.
  4. Acaba con el estreñimiento: es uno de los peores enemigos del suelo pélvico, y en caso de tener diástasis, hay que evitar los esfuerzos defecatorios ya que suponen un aumento de presión abdominal que puede hacer que aumente la separación entre los rectos y perjudicar a los músculos del periné. 
  5. ¿Otro embarazo antes de la recuperación? NOOOOOO. Dale a tu diástasis el tiempo y los cuidados necesarios para recuperarse. Una vez estés recuperada, ponte en manos de un buen profesional para llevar a cabo una buen prevención y evitar que la diástasis vuelva a aparecer.
  6. Gimnasia Abdominal Hipopresiva: para recuperar la función abdominal necesitamos trabajar la cincha abdominal. Realizando este tipo de actividad te mejorarán tanto la musculatura profunda del abdomen como los músculos y tejidos del suelo pélvico. 
  7. Electroestimulación: es otra de las técnicas de la fisioterapia de suelo pélvico y tiene como objetivo intensificar el entrenamiento de los músculos profundos del abdomen. Además si tu suelo pélvico se ha visto perjudicado debido a la diástasis también podemos mejorar la contracción de los músculos perineales con esta técnica. 
  8. Uso de fajas específicas: la mejor faja que existe que puedes llevar 24 horas al día es la activación del core, tonificando el transverso del abdomen como acabo de mencionar. Sin embargo, si el transverso está débil y el tejido fascial lesionado, existen fajas especiales diseñadas para el tratamiento de la diástasis que están dando buenos resultados y que tienen como finalidad aproximar los rectos del abdomen para que cicatrice la linea alba. Pero es importante que su uso vaya acompañado de un programa de entrenamiento de la musculatura profunda del abdomen
  9. Cirugía: es el tratamiento en los casos más severos, que no avanzan tras un programa de recuperación guiado por un especialista, que hay dolor al contraer la musculatura abdominal, si los problemas de incontinencia persisten o si la lesión de la pared anterior es importante. En caso de recurrir a la intervención, la fisioterapia sigue siendo importante; antes para que la musculatura llegue en el mejor estado posible y, después, favoreciendo la recuperación de los tejidos y reprogramando la cincha abdominal para que la diástasis no vuelva a aparecer. 



Por tanto, cualquier duda o cuestión podéis pasaros por la clínica ya que cuento con la formación necesaria para resolveros esta patología y ayudaros a que no vaya a más.